sábado, 2 de enero de 2016

Valizas

I

Esa escena gris que quiere atrapar el alma,
pero la gota que corre atrapa tu mirada.
Su destino es seguir el movimiento.
Entre campos abatidos por el deseo humano,
olvidadas, llenan de color la ilusión.
El labio llora pidiéndoles ser reales,
ellas acarician suavemente el aire.
Vibrantes luces irrumpen,
como irrumpiría el cazador persiguiendo a su presa.
Existencia, la única paz aspirable llega mediante amar tanto la esencia mágica de todo que cada instante te deslumbra con su propio brillo.

II

"El mundo es solo una película en tu mente.
Las rocas no lo ven.
Bendice y siéntante.
Perdona y olvida.
Practica la amabilidad todo el día hacia todos
y te vas a dar cuenta de que ya estás
en el cielo ahora."
Ahora y aquí.
"Estar con todo aquí y ahora."
El paraíso.
Suavemente los violines acarician mi sentir,
una cariñosa briza de mar se lleva lentamente los miedos,
el ligero vuelo de las golondrinas liberan mi ser,
y reposando mi cuerpo se diluye en el todo.

III

La huella de tu gota en la espalda.
Un simple error, creerse yo.
Creerse la independencia mental, física y emocional.
Parte de un todo, indivisible.
¿Dónde haríamos el corte?
Cuerpos solitarios, cuerpos mentirosos.
El calor, el frío, el agua, el aire.
Sin ellos, ni una roca.
Nosotros, todo.
¿Por qué obsesionarnos con ser solo una parte?
Podes ser todo, sentir todo, sé.
No seas amor medido entre dos,
sé amor.

IV

En su cuerpo brillaba el contrate, tajante, de la luz en la noche.
Luz, prohibida, forzada, humana, delimita la maldición dicotómica de la noche y el día.
A la luz, la reina, el rey, la reina y el rey, intimidantes sin siquiera existir,
tajantes sin siquiera hablar, dominantes sin siquiera actuar.
Energías fluyen, libremente, interactuan sin hablarse, sin mirarse, reconociendo al otro como parte del todo influyente y cambiante.

V

Gritando por la libertad entre barrotes que nosotros construimos.
Nosotros.
Suplicamos a los atacantes, pero no vemos su invisibilidad.
Solo el espejo se atreve a mostrar su cara, cubierta por la máscara de los miedos.
Rezan incesantemente, pero las ilusiones son más fuertes.
Intensamente, el corazón late. 
Pum.
Pum.
Pum.
La sangre fluye, la piel discurre.
La piel.
La libertad de la piel. ¿Para qué?
La libertad de sí, 
la libertad de la existencia, 
la libertad de todo, 
la libertad de nada, 
es a través de la piel y no de la piel.