XVII
Densidad
Volumen
En todos lados.
No hay salida.
Vas
Venís
Y no sabes
Ni idea tenés
Porque de nada sirve saber.
Vas y venís
Igual
Igual que todos
Uno entre todos
Uno entre infinitos.
Un instante de infinito.
Vas, venís
Pero ni fuiste,
Ni serás.
Solo un instante de infinito.
Y si eso no basta,
¿Qué?
XVI
No cambió tanto,
buscó siempre lo mismo,
soñó siempre lo mismo,
que no era tanto.
Sentía,
respirando sentía,
mirando sentía,
tocando sentía,
besando sentía.
No era suyo el descanso,
jamás lo sería.
El reposo se alejaba
mientras más lo admiraba.
Pero no importaba,
nada importaba.
Dejó su cabeza sobre la almohada
y soñó siempre lo mismo.
XIII
Un vacío que reposa,
un vacío que anhela,
pero no encuentra.
Un mar que tormenta,
un mar que ahoga,
pero no encuentra.
Y en la orilla reposan las pestañas caídas,
un suspiro,
un latido.
XII
Ese silencio que revienta los oídos,
Ese vacío que desintegra mi ser.
Esa nada.
Esa dulce nada
Que me acaricia una y otra vez.
No quiero ser vos, ni él, la quiero a ella.
No tiene sentido,
Lo sé,
Pero nada sabe de sentidos
Ni necesita saber.
XI
El tiempo se disolvió,
el reloj se detuvo,
la campana dejó de vibrar.
Una eternidad nacía,
un universo infinito se mostraba,
la magia la rodeaba.
De su ser brotaron líneas,
no podía ver a dónde iban
porque no iban a ninguna parte.
Bailaban,
danzaban,
la música se hacía escuchar.
Borran fronteras,
borran palabras,
borran el sentido.
X
Capaz es porque necesitas conocer todos los aspectos de este ser que llevas a cuestas.
IX
El reloj se detiene,
y el tiempo es eterno.
Mirarás, llorarás, bailarás
y un día lo verás.
Reposado siempre en tu ventana
invitándote a la eternidad.
Una eternidad tan hermosa como fugaz.
El reloj se detiene,
pero la danza jamás lo hará.
El reloj se detuvo,
y la realidad se desintegró.
VIII
No soy yo.
Floto en la nada
y el encuentro de sus cerdas decaídas no logra ajustar la mirada.
Los apago, me olvido.
Perdida entre el polvo de estrellas,
como entre luciérnagas en la noche.
Lo que antes era uno,
ahora es todo.
Solo es cuando ser no tiene sentido,
cuando el sentido está esparcido de tal manera que escapa a toda escritura.
Existe, porque no es ni será jamás.
VI
Necesitaba ver las estrellas,
necesitaba volver a sentir
que era parte de un todo
mágico e inexplicable.
Nada importaba
pero nada tenía que importar.
Nada sentía,
pero nada era.
VI
Quemada, buscaba una luz suave.
Cegada, acurrucaba su mirada desvaneciendo.
Una rosa en la luna.
Una lágrima en el sol.
V
No.
Pero me gusta tu no, me gusta.
Suaviza,
diluye,
muere.
No.
La pasión no muere,
se diluye en el todo.
Despierta la nada.
Despierta la belleza invisibilizada.
IV
¿Dónde quedó el amor
cuando todo es olvido?
¿Cómo querer,
cuando todo es olvido?
¿Cómo creer,
cuando todo es olvido?
Cuanto todo es olvido,
solo ella existe.
Ella que me atrapa,
ella que me ata,
ella que no me deja volar,
ella que hace pesado tu roce,
ella que hace eterna tu caricia.
III
Ya no sé,
no sé qué es mejor,
qué es peor,
si que el viento venga del sur
o del norte,
si que la tormenta ya no me deje alzar la vela,
o que la vela no sienta la tormenta.
Ya no sé, no sabré jamás,
pero sigo sin entender
por qué quiero saber,
si sé que no puedo saber.
No sé si puedo saber,
no sé si quiero saber,
ya ni eso sé.
II
Quería lo eterno,
el instante eterno,
el instante real,
el instante pesado.
Pesado, ¡cómo pesaba!
Me hundía,
me asfixiaba,
moría.
No sé qué era,
no sé qué no podía,
qué me hundía,
qué me silenciaba.
Todo se repetía,
otra vez,
otra vez
y otra vez.
Ya te vi,
pero me duele,
ya me vi,
ya me vi.
I
Ya no por qué esto, sino por qué yo.
Solo yo. Un yo solo, siempre solo.
¿Por qué ese yo? ¿Por qué acá?
¿Por qué no en todos lados?
¿Por qué no todos?
Hoy, ahora, todos.
Cómo lo ata el tiempo,
cómo lo ata el espacio.
No era yo, jamas fui yo.
sin tanto no soy que me di cuenta que no sería.
No sería si fuese sola.
No sería si fuese yo.
Yo no soy. Nadie es.
Densidad
Volumen
En todos lados.
No hay salida.
Vas
Venís
Y no sabes
Ni idea tenés
Porque de nada sirve saber.
Vas y venís
Igual
Igual que todos
Uno entre todos
Uno entre infinitos.
Un instante de infinito.
Vas, venís
Pero ni fuiste,
Ni serás.
Solo un instante de infinito.
Y si eso no basta,
¿Qué?
XVI
No cambió tanto,
buscó siempre lo mismo,
soñó siempre lo mismo,
que no era tanto.
Sentía,
respirando sentía,
mirando sentía,
tocando sentía,
besando sentía.
No era suyo el descanso,
jamás lo sería.
El reposo se alejaba
mientras más lo admiraba.
Pero no importaba,
nada importaba.
Dejó su cabeza sobre la almohada
y soñó siempre lo mismo.
XIII
Un vacío que reposa,
un vacío que anhela,
pero no encuentra.
Un mar que tormenta,
un mar que ahoga,
pero no encuentra.
Y en la orilla reposan las pestañas caídas,
un suspiro,
un latido.
Ese silencio que revienta los oídos,
Ese vacío que desintegra mi ser.
Esa nada.
Esa dulce nada
Que me acaricia una y otra vez.
No quiero ser vos, ni él, la quiero a ella.
No tiene sentido,
Lo sé,
Pero nada sabe de sentidos
Ni necesita saber.
XI
El tiempo se disolvió,
el reloj se detuvo,
la campana dejó de vibrar.
Una eternidad nacía,
un universo infinito se mostraba,
la magia la rodeaba.
De su ser brotaron líneas,
no podía ver a dónde iban
porque no iban a ninguna parte.
Bailaban,
danzaban,
la música se hacía escuchar.
Borran fronteras,
borran palabras,
borran el sentido.
X
Capaz es porque necesitas conocer todos los aspectos de este ser que llevas a cuestas.
Una mirada, las estrellas.
Una lágrima, un estallido.
Adentro son lo mismo, pero cambia según desde donde lo mires.
Te encierras en esa cara del espejo,
Pero si cierras los ojos sentís vibrar las estrellas.
Mirá, sin ojos, la nada que sos.
Sentí la nada que sos, y que no puede ser.
Volá entre dulces contradicciones. IX
El reloj se detiene,
y el tiempo es eterno.
Mirarás, llorarás, bailarás
y un día lo verás.
Reposado siempre en tu ventana
invitándote a la eternidad.
Una eternidad tan hermosa como fugaz.
El reloj se detiene,
pero la danza jamás lo hará.
El reloj se detuvo,
y la realidad se desintegró.
VIII
No soy yo.
Floto en la nada
y el encuentro de sus cerdas decaídas no logra ajustar la mirada.
Los apago, me olvido.
Perdida entre el polvo de estrellas,
como entre luciérnagas en la noche.
Lo que antes era uno,
ahora es todo.
Solo es cuando ser no tiene sentido,
cuando el sentido está esparcido de tal manera que escapa a toda escritura.
Existe, porque no es ni será jamás.
VI
Necesitaba ver las estrellas,
necesitaba volver a sentir
que era parte de un todo
mágico e inexplicable.
Nada importaba
pero nada tenía que importar.
Nada sentía,
pero nada era.
VI
Quemada, buscaba una luz suave.
Cegada, acurrucaba su mirada desvaneciendo.
Una rosa en la luna.
Una lágrima en el sol.
V
No.
Pero me gusta tu no, me gusta.
Suaviza,
diluye,
muere.
No.
La pasión no muere,
se diluye en el todo.
Despierta la nada.
Despierta la belleza invisibilizada.
IV
¿Dónde quedó el amor
cuando todo es olvido?
¿Cómo querer,
cuando todo es olvido?
¿Cómo creer,
cuando todo es olvido?
Cuanto todo es olvido,
solo ella existe.
Ella que me atrapa,
ella que me ata,
ella que no me deja volar,
ella que hace pesado tu roce,
ella que hace eterna tu caricia.
III
Ya no sé,
no sé qué es mejor,
qué es peor,
si que el viento venga del sur
o del norte,
si que la tormenta ya no me deje alzar la vela,
o que la vela no sienta la tormenta.
Ya no sé, no sabré jamás,
pero sigo sin entender
por qué quiero saber,
si sé que no puedo saber.
No sé si puedo saber,
no sé si quiero saber,
ya ni eso sé.
II
Quería lo eterno,
el instante eterno,
el instante real,
el instante pesado.
Pesado, ¡cómo pesaba!
Me hundía,
me asfixiaba,
moría.
No sé qué era,
no sé qué no podía,
qué me hundía,
qué me silenciaba.
Todo se repetía,
otra vez,
otra vez
y otra vez.
Ya te vi,
pero me duele,
ya me vi,
ya me vi.
I
Ya no por qué esto, sino por qué yo.
Solo yo. Un yo solo, siempre solo.
¿Por qué ese yo? ¿Por qué acá?
¿Por qué no en todos lados?
¿Por qué no todos?
Hoy, ahora, todos.
Cómo lo ata el tiempo,
cómo lo ata el espacio.
No era yo, jamas fui yo.
sin tanto no soy que me di cuenta que no sería.
No sería si fuese sola.
No sería si fuese yo.
Yo no soy. Nadie es.
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