martes, 26 de septiembre de 2017

Ruinas

Y quizás esto sean las ruinas de las fortalezas,
quizás esto sean las ruinas,
donde el viento sopla libremente,
donde el sol ilumina,
donde la lluvia moja,
donde todo está bien así,
porque no quiero ser construcción a prueba de nada,
donde todo y nada es, al mismo tiempo y sin lucha.
Son las ruinas de los predicados,
de las descripciones,
de los valores,
de las ilusiones.
Son las ruinas, estoy en ruinas,
y nunca el vacío y el amor volaron tan libremente.
Son las ruinas, estoy en ruinas,
donde crecen o no,
se ahogan o no,
se secan o no,
mueren o no
y el vacío no es ni cálido ni fresco,
ni lindo ni feo,
ni bueno ni malo.
Estoy en ruinas, y por primera vez sé que amo
porque no existe el predicado,
ni el tiempo,
es tan sincero que ni lo pienso
y el amor se me hizo cuerpo.

domingo, 30 de julio de 2017

Drama

Tanto drama,
qué innecesario.
Si estas vivo y estoy viva,
¿por qué tanto drama?
No hay drama.
Olvidate, seguí,
si no es aquí,
si ya no volverá a haber un aquí,
igual seguí.
Cada olvido me desgasta,
y ya no bastan las excusas.
Tanto drama me daña,
no debería, pero me daña.
Vuelvo cada vez más cansada,
más resignada,
más aburrida.
Y después, paz,
la nada que me llena
y me desborda los sentidos,
una luz que me estalla la piel,
los ojos y los labios,
y yo la amo con locura.
Pero en cada olvido pierdo algo.
¿Será que me esculpe el viento?
¿Será que me esculpe el tiempo?
Menos fuerzas para luchar,
y cada vez menos necesaria la lucha.
Algo se pierde y cada vez pesa menos,
cada vez más vulnerable,
cada vez más presente.
¿Será que cada día nos hacemos árboles
más finos hasta desintegrarnos en el viento?

viernes, 2 de junio de 2017

Invierno

Y te sentas, decís, 'es esto, solo esto', ahí con tu taza, tu libro, el gato y alguna banda que de momento te entusiasma y decís, 'es esto'.
La materialidad y el vacío inundan simultáneamente.
Un punto, un todo, nada.
Pero tan susceptible a la irrupción, corre la tensión hasta el quiebre para que todo vuelva a ser 'solo esto', donde siempre habrá una linea perdida tras alguna tentación.

Otoño

Ya dejé caer las hojas que acolchonaron mi verano.
Cayeron.
Dejame estar quieta acá,
como el árbol desnudo que soy,
que aunque tiritando de frío,
encuentra en su piel
su esencia. 

viernes, 3 de marzo de 2017

1, 2, 3...

I

Se balancea su sombra
bajo el canto de las cotorras.
Ver volar.

II

Grité,
tanto que recordé.
El encanto del silencio.

III

La belleza irrumpe
Una mirada.
Cuando pensar es nada.

IV

Cuando el error vuela
Y tu mirada olvida
La dirección prevista

V

El temblor de mis labios.
Caer, suspirar.
Una paradoja más.

lunes, 24 de octubre de 2016

Vagos poemas


IX - Montaña rusa

La cima, la gloria.
La piel siente las nubes,
y el cielo nunca se vio tan cerca.

Los latidos hacen estremecer todo tu ser,
solo escuchas el bajo que retumba dentro y fuera.

Tiemblas.

Caes.

El movimiento libera las contracciones,
la velocidad corta las cuerdas del cielo y de la tierra.

Libre, pero ¿dónde?
Libre, a la deriva.

La respiración cortada
los latidos superficiales, acelerados.

Caes, extenuada.
Agotada, la sensibilidad reina.
La dulce caricia del sol abraza.

Pestañas caídas, labios sueltos.
Dibujan la vida en el rostro.

VIII - Flotar

Pudiendo volar, a veces preferimos flotar.
Flotar sobre el mar en calma,
flotar con la marea,
y que ella haga con nosotros lo que quiera.
Flotando,
porque el espíritu libre, suelto y entregado al mar no pesa, flota.

VII - ¿Volaré yo?

El abismo, paciente.
Mi sangre corre y corre,
mi sangre, que me empuja al vacío.

Algunos vuelan,
¿volaré yo?
Algunos nadan,
¿nadaré yo?
Algunos duermen,
¿dormiré yo?

No necesito saber,
no hay nada para saber.

Necesito vivir,
en el vuelo,
en el nado,
en el sueño.

VI

Esa creación instantánea,
esa creación vacía,
esa creación inestable.

Deshacernos no podemos,
encerrarnos nos mata.

Crear.
Jugar.
Ser.

III

Rostros abatidos.
Uno, dos, uno, dos, uno dos,
bajo el cielo espejo,
sobre una tierra sin sombras,
olvidada de los constrastes,
olvidada de los ensueños.
Tic, tac... Tic ... Tac ... Tic.
Sin tiempo,
sin luz,
sin vida.

II

Se desintegran y quedan ahí, dispersas en el aire,
disponibles a la visión de quien no puede volar.
Y el espejo dorado de su ventana refleja esa mirada incierta que sus ojos transitan.

I

El frío entumeció sus dedos,
No sentían, no querían,
Se alejaban, se congelaban,
Pero porfiadas,
Como la vida en primavera,
Las palabras salieron a la superficie
Y abandonaron un cuerpo entregado al mar. 

viernes, 7 de octubre de 2016

Poemas vacíos

XVII

Densidad
Volumen
En todos lados. 
No hay salida.
Vas
Venís
Y no sabes
Ni idea tenés
Porque de nada sirve saber. 
Vas y venís
Igual
Igual que todos
Uno entre todos
Uno entre infinitos. 
Un instante de infinito.
Vas, venís
Pero ni fuiste,
Ni serás. 
Solo un instante de infinito. 
Y si eso no basta,

¿Qué?

XVI

No cambió tanto,
buscó siempre lo mismo,
soñó siempre lo mismo,
que no era tanto.

Sentía,
respirando sentía,
mirando sentía,
tocando sentía,
besando sentía.

No era suyo el descanso,
jamás lo sería.
El reposo se alejaba
mientras más lo admiraba.

Pero no importaba,
nada importaba.
Dejó su cabeza sobre la almohada
y soñó siempre lo mismo. 

XIII

Un vacío que reposa,
un vacío que anhela,
pero no encuentra.

Un mar que tormenta,
un mar que ahoga,
pero no encuentra.

Y en la orilla reposan las pestañas caídas,
un suspiro,

un latido.

XII

Ese silencio que revienta los oídos,

Ese vacío que desintegra mi ser. 
Esa nada. 
Esa dulce nada
Que me acaricia una y otra vez. 
No quiero ser vos, ni él, la quiero a ella.
No tiene sentido,
Lo sé,
Pero nada sabe de sentidos
Ni necesita saber.

XI


El tiempo se disolvió,

el reloj se detuvo,
la campana dejó de vibrar.

Una eternidad nacía,

un universo infinito se mostraba,
la magia la rodeaba.

De su ser brotaron líneas,

no podía ver a dónde iban
porque no iban a ninguna parte.

Bailaban,

danzaban,
la música se hacía escuchar.

Borran fronteras,

borran palabras,

borran el sentido. 

X


Capaz es porque necesitas conocer todos los aspectos de este ser que llevas a cuestas.

Una mirada, las estrellas.
Una lágrima, un estallido.
Adentro son lo mismo, pero cambia según desde donde lo mires.

Te encierras en esa cara del espejo,
Pero si cierras los ojos sentís vibrar las estrellas.

Mirá, sin ojos, la nada que sos.
Sentí la nada que sos, y que no puede ser.
Volá entre dulces contradicciones.  

IX


El reloj se detiene,

y el tiempo es eterno.

Mirarás, llorarás, bailarás

y un día lo verás.
Reposado siempre en tu ventana
invitándote a la eternidad.
Una eternidad tan hermosa como fugaz.

El reloj se detiene,

pero la danza jamás lo hará.

El reloj se detuvo,

y la realidad se desintegró.

VIII


No soy yo.

Floto en la nada
y el encuentro de sus cerdas decaídas no logra ajustar la mirada.

Los apago, me olvido.

Perdida entre el polvo de estrellas,
como entre luciérnagas en la noche.

Lo que antes era uno,

ahora es todo.

Solo es cuando ser no tiene sentido,

cuando el sentido está esparcido de tal manera que escapa a toda escritura.

Existe, porque no es ni será jamás. 


VI


Necesitaba ver las estrellas,

necesitaba volver a sentir
que era parte de un todo
mágico e inexplicable.

Nada importaba
pero nada tenía que importar.
Nada sentía,

pero nada era.

VI

Quemada, buscaba una luz suave.
Cegada, acurrucaba su mirada desvaneciendo.

Una rosa en la luna.
Una lágrima en el sol.

V

No.

Pero me gusta tu no, me gusta.
Suaviza,
diluye,
muere.

No.

La pasión no muere,
se diluye en el todo.
Despierta la nada.
Despierta la belleza invisibilizada.


IV

¿Dónde quedó el amor
cuando todo es olvido?
¿Cómo querer,
cuando todo es olvido?
¿Cómo creer,
cuando todo es olvido?

Cuanto todo es olvido,
solo ella existe.
Ella que me atrapa,
ella que me ata,
ella que no me deja volar,
ella que hace pesado tu roce,
ella que hace eterna tu caricia.

III

Ya no sé,
no sé qué es mejor,
qué es peor,
si que el viento venga del sur
o del norte,
si que la tormenta ya no me deje alzar la vela,
o que la vela no sienta la tormenta.
Ya no sé, no sabré jamás,
pero sigo sin entender
por qué quiero saber,
si sé que no puedo saber.
No sé si puedo saber,
no sé si quiero saber,
ya ni eso sé.

II

Quería lo eterno,
el instante eterno,
el instante real,
el instante pesado.

Pesado, ¡cómo pesaba!
Me hundía,
me asfixiaba,
moría.

No sé qué era,
no sé qué no podía,
qué me hundía,
qué me silenciaba.

Todo se repetía,
otra vez,
otra vez
y otra vez.

Ya te vi,
pero me duele,
ya me vi,
ya me vi. 

I

Ya no por qué esto, sino por qué yo. 
Solo yo. Un yo solo, siempre solo.
¿Por qué ese yo? ¿Por qué acá?
¿Por qué no en todos lados?
¿Por qué no todos?
Hoy, ahora, todos. 

Cómo lo ata el tiempo, 
cómo lo ata el espacio. 

No era yo, jamas fui yo.
sin tanto no soy que me di cuenta que no sería. 
No sería si fuese sola.
No sería si fuese yo.
Yo no soy. Nadie es.