Son tantos los oídos que lo han escuchado,
y más aún las pieles que han caído,
pero su repetición no suaviza su efecto.
El gato va a ir hasta el borde del precipicio,
va a ir y arriesgar cada ínfima parte de su ser,
no para mirar, sino para sentir.
No importa cuánto la razón quiera dominar, siempre habrá algún límite que empujar,
alguna distancia que ansiamos tanto romper que dejar de existir en su quiebre no nos importa,
porque no es la llegada, no es el camino, es el sentimiento de que todo puede desaparecer en un instante lo que nos devuelve a la vida.
y más aún las pieles que han caído,
pero su repetición no suaviza su efecto.
El gato va a ir hasta el borde del precipicio,
va a ir y arriesgar cada ínfima parte de su ser,
no para mirar, sino para sentir.
No importa cuánto la razón quiera dominar, siempre habrá algún límite que empujar,
alguna distancia que ansiamos tanto romper que dejar de existir en su quiebre no nos importa,
porque no es la llegada, no es el camino, es el sentimiento de que todo puede desaparecer en un instante lo que nos devuelve a la vida.
No hay comentarios:
Publicar un comentario